sábado, noviembre 07, 2009

Monotonía


¡Qué terrible! siglos sin aparecer ¿Lo siento? Bueno, no es que alguien lo lamente de todas formas.


Comencé la escuela: Es aburrida y tonta como todas. Lo bueno es que cuento con compañeras lo suficientemente simples como para reirme un rato. Pero la flojera no se va.

Tuve un divertido Ieroween, y en general los días son todos iguales hasta que llegan las juntas del MCRmy.


Monotonía.


Lo peor es que no tengo ni la más mínima motivación para cambiarlo, y todo por la escuela. No sería tan mala si no dejaran tarea (y miren que no me he matado haciéndola), pero sigue siendo aún más odiosa de lo que debería.

Mi vida se ha vuelto una rutina.

Despertar a las cinco, prepararme para la escuela, desayunar, llegar a la escuela y tomar las aburridas clases, salir de la escuela, llegar a casa, medio venir a ver que ha pasado con mi familia cibernética y MCR, hacer tarea, comer, un pequeño rato para practicar guitarra o escribir (que suele ser casi nulo), cenar y dormir. Día tras día, semana, tras semana. ¿A eso he venido al mundo?



Monotonía.



No disfruto ni siquiera mis múltiples placeres. Escribir se ha vuelto imposible a causa de los bloqueos creativos que me deja la escuela, no he podido practicar al 100% con la guitarra (decepcionando ya en dos ocasiones mi profesor), dibujar me parece demasiado cansado y por lo general solo puedo hacerlo durante las clases; leer ya no es una opción ahora que me dejan otros libros que leer, mucho menos interesantes y ni de lejos tan entretenidos como los que me agradan.


Y todavía dijeran que al menos se compensa con mis calificaciones, pero ni eso. Me desconecto en el salón de clases, incapáz de escuchar al profesor, comienzo a hacer el ejercicio y lo dejo a medias porque me parece tan inútil; olvido anotar la tarea y al llegar a casa no recuerdo que tenía algo pendiente, los trabajos a largo plazo quedan escritos en libretas que no vuelvo a ver.

Y aunque trato, pareciera como si no pudiera hacer nada al respecto. Ya no sé si la escuela es el problema, o lo soy yo.

Me inclino por la segunda opción.

No sé cuantas veces mi papá me ha reclamado que la escuela no me interesa, y sé menos las veces en que yo he corroborado sus palabras en mi mente. Sí, es la verdad. Poco me interesa. Si estoy en una escuela es porque quiero ser algo en la vida y para eso necesito tener los papeles que te dan al salir del colegio, nada más. No hay hambre de aprender, deseos de superarme. No los hay. No en esos ámbitos al menos.


Quizás la excepción es literatura. Pero con buenas calificaciones en literatura no paso el año.

¿Sueños? Sí, creo que tengo sueños, y creo que tengo muchos. Pero si no puedo concentrarme en alcanzarlos, jamás me acercare a ellos siquiera. Y para conseguir cualquiera de mis sueños, lo único que necesito es terminar la preparatoria y poder dedicarme a ellos. Pero hasta entonces... ¿seguiré siendo éste zombie social y académico en el que me he convertido? No parece que esto vaya a cambiar de alguna manera.

Estoy encadenada a ti, monotonía.


Vuelvo al calabozo del que creía haber escapado. Días insípidos y grises, tan largos como el verano y tan pesados como el plomo. La felicidad no llega hasta que mis amigos me sacan del calabozo, pero cuando tienen que irse, las cadenas se vuelven a apoderar de mis muñecas y me arrastran de vuelta al calabozo. Todo ahí está oscuro, húmedo, solitario. Y nada cambia.

Me temo que continuaremos así.


Monotonía. Qué asco.

1 comentario:

  1. Interesante..
    Te invito a pasar por mi blog

    Saluditos...
    Que tengas un lindo dia.!

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