jueves, abril 05, 2012

I'm a Keyblade Master


Fui a la Mole el fin de semana pasado y tuve la suerte de toparme con esto.
Mi corazón de fan de KH casi explotó de felicidad.

(500) Days Of... You


Primera parte.

La similitud en nuestros gustos musicales, nuestra obsesión con cierta pareja, hablar por messenger hasta el amanecer, tu sentido del humor, la primera vez que escuché tu voz en el telefono, tu forma de preocuparte y querer hacerme sonreír, tu indiscutible apoyo con mis problemas personales así yo estuviera siendo exagerada, tus celos infundados, tus rabietas porque el internet no nos dejara charlar en paz, tus mensajes de texto, tus fotografías imitando el estilo de Gabe, tu emoción cuando él me respondió, la forma en que me abrazaste cuando te vi por primera vez, las charlas de madrugada llenas de carcajadas que nos costaron quejas de la vecina, la forma en la que expresabas tus pensamientos más tiernos, las noches de películas, cuando jugabas con mi cabello, cuando te pedi que fueras mi novia y las dos lloramos, cuando te nacía hacer un puchero que pregonaba un beso, cuando yo me recostaba en tu regazo y acariciabas mi cabeza mientras utilizabas la computadora, las noches solas cocinando, escuchando música, bailando, besándonos y jugando tontamente, los tímidos "yo tambien te amo", los besuqueos contra la pared, las lágrimas que inundaban tus ojos solo al mencionar mi partida, los besos a escondidas, las noches acaloradas, la seguridad que me hacías sentir sobre mi misma y mi cuerpo, el beso del estacionamiento, ver Quiero Matar A Mi Jefe en el cine, que tomaras mi mano, me abrazaras, y me besaras en la fila de las palomitas, pensar lo mismo o algo muy similar respecto a algo y decirlo casi al mismo tiempo, hacer el pastel de fresas, el regreso nocturno de Caracas a Guatire en la silenciosa camioneta, los juegos inapropiados en momentos inapropiados, cuando prohibias a Simón tocarme y te escondías dentro de mi playera, la manera en la que te expresabas de mi en twitter cuando yo estaba contigo, cuando te emocionabas por mi supuesta semejanza con Pete cuando traía puesto el gorro de la sudadera, y la forma en la que me hacías sentir que nunca había sido ni sería tan cercana a alguien de nuevo.



"Sé que tu crees que ella era el amor de tu vida, pero yo no. Creo que sólo estas recordando las cosas buenas. La próxima vez que mires al pasado, creo que deberías fijarte mejor."



Segunda Parte.

Tus cambios de humor que no me explicabas, tu fastidio y agresividad cuando intentaba indagar en lo que te ocurría, la noche en que nos fuimos a dormir después de discutir y me diste la espalda en la cama, las veces en que intentaba tomar tu mano cuando saliamos de la casa y siempre conseguias moverla o esconderla hasta que nos hubieramos alejado de tu fraccionamiento, cuando respondias de mala gana a mis besos en vez de solo decir que ya te querías dormir, esa vez que me encerré a llorar al baño y cuando me viste sentada en el suelo diste media vuelta y me dejaste sola, cuando te pedía que dejaras la computadora y no me hacías caso, todas las mentiras y engaños de RP que nunca te creí capaz de continuar, haberme hecho sentir todo tu cariño cuando recién empezábamos y repentinamente decir que ibamos muy rápido, tus celos, tu incapacidad para dejar pasar mis faltas aun cuando pedía perdón, tus escenitas de coraje durante una discusión o cuando algo no salía como querías, los largos silencios incómodos cuando algo te molestaba y no deseabas hablar de ello, la forma mordaz y guasona en la que te desquitabas indirectamente cuando te burlabas de mis gustos o excentricidades, la vez que reclamé algo respecto a RP y tú me dijiste tenazmente que ellos eran una cosa y nosotras otra... pero al final me borraste después del ultimo pleito de RP, todas las noches que me hiciste llorar con tu frialdad, la forma en la que me hiciste creer que de verdad lamentabas el engaño de RP cuando lo descubrí y al final lo volviste a hacer, el que me agarraras tanto odio por no soportar mas aquél juego aun después de que fuiste tu quien me orillara a ello a causa de que me habías hecho tanto daño, tu apatía en la cama cuando no hacía algo de la manera correcta, el que lo único que me dijiste cuando te pasé esos videos fueron preguntas sobre lo que decían ellos y no me diste las gracias, cómo me ignorabas y apenas te importaba hablarme en ése último mes y que aún así te pusieras a la defensiva cuando sugerí romper, tu dificultad sobrenatural para tragarte el orgullo y pedir disculpas, cuando pasaste de llamarme "novia" a "amiga" de un día para otro, cómo te esforzabas en hacerme daño con tus palabras cada vez que te sentías herida o enojada, cuando te tomabas personal las veces que se me hacía imposible llegar o estar un día y no te avisaba con tiempo, esa discusión sin sentido en la plaza tras la cual insististe que comiéramos algo antes de irnos y que terminó en la cena más incómoda de todas, la manera tan drástica en que cambiabas tu forma de ser cuando había otras personas ajenas a tu familia, tu apatía cuando yo era afectuosa y tú no tenías buen humor, tu dulzura exagerada que se esfumaba tan pronto te perdonaba, las salidas en las que te aburrías y me lo hacías tan evidente en vez de ayudarme a cambiarlo, el que tus celos fueran justificables y los míos no a pesar de lo cariñosos que tú y el vecino estuvieron ése día en el sillón, la manera en que nunca pudiste tenerme paciencia cuando había un malentendido de mi parte,  y aquella asombrosa abilidad que siempre tuviste de hacerme sentir como si yo tuviera la culpa de todo aún cuando los errores pudieran ser únicamente tuyos.


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Mi nueva película favorita me inspiró a escribir esto.
"(500) Days Of Summer" tiene el efecto opuesto que "Crazy, Stupid, Love" en mí.
Por tí dejé de creer en las almas gemelas y en el destino.
Pero eso probablemente es la mejor enseñanza que me dejó todo esto.

miércoles, abril 04, 2012

Amigos

Hay ocasiones en las que no puedo dejar de presumir que tengo muchos amigos y que todos son maravillosos. Así como muchas otras veces también siento que no tengo ninguno, y que solo es gente con la que paso el rato, pero que después de todo no le importo a nadie.

Pero no sé si es eso o solo la manera melodramática en la que veo todo.

A veces, de repente, una persona extremadamente atenta ahuyenta esa soledad que me ataca sin razón, y me siento feliz de nuevo. El problema es que siempre pasa una de dos cosas: O esa persona me sofoca o me preocupa que tenga un interés diferente al mío, haciéndome mantener distancia... o yo acabo colgándome de él/ella y su atención para sentirme bien, razón por la cual cuando se empiezan a ausentar en mi vida aunque sea por cortos períodos de tiempo, me siento desprotegida y sola otra vez.

Me inunda un desengaño infundado, ya que en el momento en que esa persona se vuelve mi salvavidas sin saberlo, inconscientemente los señalo como si fueran de mi propiedad. Son mi rayo de luz y no quiero compartirlos, ni que me ignoren, ni que me abandonen. Pero eso no es culpa de ellos, y la mayoría de las veces siempre se van, y yo vuelvo a sentir que no tengo a nadie. Simplemente porque no soy la prioridad de alguien.

Así de infantil, así de estúpida parece ser la manera en la que razona mi cabeza.
O eso es lo que pienso.

Es lo único que explica éste vacío que siento y del que no puedo hablar libremente. Ya sea porque a algunos no les importa, porque no saben nada de ello, o porque no entienden. Y no es por darme aires de incomprendida... simplemente en ocasiones trato de exteriorar lo que pienso y la gente luce confundida, condescendiente o hasta fastidiada. Solo hay tres personas justo ahora con las cuales me siento libre de contarles absolutamente todo porque piensan y sienten de forma similar a la mía y sé que no me harán sentir juzgada si hablo tal cual lo pienso... pero las tres personas tienen tantos problemas y asuntos personales... que no tienen tiempo para mí. 

Cuando hablamos, siempre escucho más de lo que hablo. Al final, me siento odiosa al darme cuenta de que estoy deseando que callen y me dejen quejarme a mí un rato... así que al final mejor ya no digo nada.

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Además de todo eso... siento como mi grupo de amigos se distancía y parece caerse a pedazos poco a poco. Trabajo y escuela nos mantienen ocupados, y las parejas formadas inevitablemente crean cierta pared entre algunos de nosotros, ya sea porque no hay tanto tiempo para los amigos, o porque querer estar con uno significa aguantar amor ajeno. Me incomoda y a veces me molesta, pero no es algo por lo que la gente debería quejarse si sabes que esas dos personas están felices, ¿cierto?

Malentendidos, discusiones. He roto lazos con uno de ellos por una situación estúpida, pero a la vez no me he molestado en arreglarlo porque su actitud los ultimos meses me ha colmado la paciencia. Ahora está el problema con esa otra amiga que sufre muchos problemas y depresión y es victima de su propia mente, que parece sugerirle que cualquier pequeña cosa es indicio de que ya no se le quiere cerca. Ha mandado al diablo a varios amigos sin hablar las cosas primero, y yo al intentar arreglarlo creo que he metido aún más la pata porque ahora dice que hablamos a sus espaldas. Me preocupa, pero también me cansa. No sé cómo hacerle entrar en razón, ni cuánto podré estar ahi para ella si siento que nada de lo que hago sirve.

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Todo me fastidia y quiero mantenerme lejos, pero al mismo tiempo no quiero estar sola. Aunque ciértamente no sé de qué me quejo. Todos estamos solos después de todo. Solo que algunos saben disimularlo y otros consiguen ignorarlo gracias a la prescencia de otras personas solitarias. Pero a la hora de la verdad... hay lágrimas que nadie te verá llorar.

Solía haber un equilibrio en mi vida hace tiempo. Un punto de paz rodeado por intermitentes tormentas que al final siempre desaparecían. Era un lugar neutro porque ahí no solo era comprendida, sino que únicamente ahí sentía que poseía una completa sanidad mental. No me di cuenta de que había perdido aquél lugar de silencio hasta mucho tiempo después de que ocurrió... y ahora ya no existe.

Quererlo de vuelta, además de inútil, es tonto. Por eso no lo hago. Pero cuando mi cabeza me traiciona lo recuerdo, y muchos escenarios acompañados de "hubiera"s inexistentes llegan a mi mente.

Las relaciones humanas me agotan.
Las necesito.
Pero cómo me agotan.

Lo que daría por ser una simple lechuga.